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#72 Semana 27/10/2023 - Paleobull: La historia. De una charla con amigos a superar los 2M.
Admiro a los emprendedores. Me apasionan sus historias. Invito a Pedro, uno de los fundadores de Paleobull, a que nos cuente su historia empresarial
Hola! Esta es la newsletter semanal de Gonzalo Ruiz Utrilla. Aquí puedes ver ¿Por qué me lee la gente?.
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Trato temas profundos y con implicaciones en Salud, Biohacking, Longevidad, Economía y Tecnología.
Los lectores que me leéis sois directivos de empresas, empresarios, inversores y profesionales influyentes en vuestro sector que queréis conocer una visión del mundo más allá de lo convencional.
Algunos ejemplos de últimos artículos son los Dispositivos de Telepatía o BCIs ya existentes, dónde comer carne sintética fabricada con células, cómo contratar servicios de Criopreservación Humana como alternativa a Incineración y Cremación, etc
Si quieres patrocinar una edición puedes ponerte en contacto conmigo.
Vamos al artículo de la semana.
En el mundo hay personas que imaginan.
Imaginan por ejemplo un producto que no existe.
Lo inventan y lo ponen a la venta.
Porque creen que es bueno, y que así mejorarán el mundo.
Estas personas no solo imaginan. También planifican y crean de la nada una empresa.
Emprendedores con mayúsculas.
Crean de la nada y con muy poco dinero procedimientos, planes, métodos… emplean gente, contratan servicios.
¿Cómo se llega a ese punto?
Hoy os traigo la historia empresarial de Paleobull, de la mano de uno de sus fundadores: Pedro.
Paleobull es mi marca favorita de snacks saludables basados en comida real. Además de sus famosas barritas energéticas, tienen productos como suplementos de proteínas, creatina, crema de cacao saludable, crema de cacahuete y un gran surtido que te encantará.
Paleobull ha vendido más de 1,5millones de sus barritas energéticas desde su fundación. Todo un logro para una empresa creada hace menos de 7 años.
Veréis lo interesante de esta historia. Lo tiene todo.
Veréis como Pedro pasa de trabajar más de 12 horas diarias en consultoría a dejar su trabajo y crear su propia empresa.
Veréis como Pedro y sus socios idean la creación de Paleobull y empiezan con sus ahorros.
Veréis como el contacto de Pedro con una de las personas que más saben de Salud en el mundo hispano le llevó a plantearse su vida.
Veréis cómo con esfuerzo se logran resultados espectaculares aumentando la facturación y ventas cada año.
Veréis como se crea una empresa en el mundo real, se imagina, se planifica y se ejecuta.
Os dejo con Pedro.
Si te gustaría probar las barritas Paleobull –o algún otro de nuestros productos– con el código GR10 tienes un 10% de descuento en cualquier pedido que realices en nuestra Web.
Hola, soy Pedro, encantado de saludarte.
Estoy aquí por ser uno de los 3 fundadores de Paleobull. Quiero dar las gracias a Gonzalo por darme la oportunidad de contaros brevemente la historia de los inicios de nuestra marca.
Para poneros en contexto, voy a empezar con los sucesos previos que originaron el nacimiento de Paleobull.
Empezamos…
De formación soy ingeniero industrial, aunque he desarrollado toda mi carrera profesional en el mundo de la consultoría. Durante prácticamente 10 años fui el típico consultor de camisa, corbata y traje –hasta en verano–, con el portátil al hombro.
Lo del verano tiene especial relevancia teniendo en cuenta que trabajaba en Sevilla.
Como otros muchos, entré en prácticas en una consultora después de hacer un máster y ahí me quedé 10 años.
Todavía recuerdo mi primer día. 14 de julio de 2003.
Mi debut fue en un proyecto para digitalizar la gestión de las historias clínicas de un hospital.
Recuerdo andar con el gerente del proyecto por un largo pasillo hacia la sala donde estaban mis nuevos compañeros de trabajo, mientras me ponía al día de lo que tenía que decir si el cliente me preguntaba acerca de mi experiencia en ese tipo de proyectos. Eso era una práctica habitual en aquella época en la consultoría, te convertías en un experto en la materia en el tiempo que tardaba un ascensor en subir ocho plantas.
Una frase que solía repetir este gerente a sus jefes de proyecto era: "Si en un proyecto sale todo el mundo a su hora, es que sobra gente en el equipo".
Más adelante escucharía frases similares. Otras de las habituales era cuando alguien empezaba a recoger sus cosas a las 19, al terminar su jornada desde las 9 de la mañana, y le decías medio en serio, medio en broma, “¿te tomas la tarde libre?”.
Posteriormente vinieron muchos más proyectos. Aunque la tipología de los proyectos y los clientes eran diferentes, había un denominador común; jornadas interminables y un aprendizaje continuo.
Cuando no sabías algo la regla no escrita era simple: "búscate la vida".
Así transcurrieron 7 años.
En 2010 surgió una oportunidad que cambiaría el resto de mi vida aunque yo todavía no lo sabía.
Me ofrecieron la oportunidad de participar en un proyecto en Santiago de Chile para desarrollar un sistema de información para la gestión financiera del gobierno chileno. No me lo pensé mucho y acepté, deseoso de tener un cambio de aires.
Mi primer día en la oficina conocí al gerente responsable del proyecto al que me asignaron. Era de Asturias y más adelante tendrá un papel señalado en el nacimiento de Paleobull.
En Santiago de Chile estuve casi 2 años. La vida de consultor era similar a la que había conocido en España. Proyectos retrasados desde el primer día, debido a querer hacer más de lo que era materialmente posible de conseguir, jornadas interminables y muchas pizzas para cenar en la oficina los días previos de una entrega a cliente.
Finalmente el proyecto al que estaba asignado terminó y regresé a España en febrero de 2012.
Además de una experiencia enriquecedora, en la maleta me traje un concepto que captó mi curiosidad en una de las muchas conversaciones que mantuve durante mis días en Chile con el chico asturiano. En las comidas solíamos hablar de más temas aparte del trabajo, y en una ocasión recuerdo que mencionó su interés sobre los beneficios para la salud de una dieta que siguiera los patrones de la dieta de nuestros ancestros.
La dieta paleolítica.
Desde luego era un adelantado para su tiempo. Piensa que esto podría ser en 2011, hace 12 años. Como verás más adelante, esta idea sembrada en mi cabeza terminaría por florecer.
A la vuelta a España, volví a la oficina de Sevilla. Ese año conseguí el tan ansiado ascenso a gerente. Este es un paso importante en la carrera habitual detrás de la zanahoria de un consultor. Pero no todo fue tan bien. Prácticamente el 100% del negocio de la Oficina de Sevilla dependía de las licitaciones de la administración pública, y literalmente se había “cortado el grifo”.
La solución que me propusieron fue salir de nuevo de España, a un proyecto en Colombia, eso sí, solo con billete de ida. En esta ocasión mi situación personal era diferente y decidí salir de la empresa en la que había desarrollado toda mi carrera profesional.
Visto con perspectiva, fue la mejor decisión que pude haber tomado.
De esa etapa guardo en general buenos recuerdos. Es cierto que las jornadas de trabajo eran muy largas pero el trabajo me permitió adquirir y desarrollar numerosas habilidades que posteriormente me han sido muy útiles.
Los primeros días fuera del mundo corporativo me sentí desubicado. Recuerdo un martes por la tarde paseando por una de las avenidas peatonales del centro de mi ciudad y sentirme extraño, con cierta culpabilidad por estar disfrutando de un paseo en lugar de tecleando el portátil.
Fue en ese momento cuando algo en mi interior hizo "clic".
Me di cuenta de que existía una forma diferente de vivir la vida, y tuve claro que iba a hacer todo lo posible para que mi vida dependiese solo de mí.
En pocos años encadené diferentes proyectos de emprendimiento, entre otros: des-conecta (un portal para la gestión de viviendas de alquiler turístico –Airbnb apenas había llegado a España–), KnowCX (una herramienta diseñada para ayudar a las empresas a evaluar la experiencia de sus clientes), BeeBusiness (una plataforma para la gestión de eventos profesionales)...
A finales de 2014, Ángel Alegre publicó un libro sobre el ayuno intermitente. Leí con atención la página Web en la que lo promocionaba y –para mi sorpresa–, en el apartado de testimonios que incluía, encontré al asturiano que había conocido en Chile al frente de una revolución.
Era Marcos Vázquez, autor de Fitness Revolucionario.
Si estás en esta newsletter supongo que no hará falta la presentación, pero por si hay alguien que no lo conoce, Marcos Vázquez es un referente en habla hispana en la divulgación de la salud, creador del blog Fitness Revolucionario, y autor de varios libros, entre otros: Salud Salvaje, Invicto y Vive más.
Enseguida le escribí.
Le había perdido la pista cuando volví de Chile. Sabía que después de su etapa en Chile se había trasladado a México y poco más. Marcos me comentó que poco o poco había perdido el interés en la consultoría, que en su última etapa había empezado en paralelo con el trabajo un blog sobre nutrición, entrenamiento y salud, hasta que finalmente decidió dar el salto definitivo.
Como te decía eso era finales de 2014, y él me comentó que en 2015 tenía previsto viajar a España y organizar un retiro para los seguidores de su blog.
Y así fue. En junio de 2015 Marcos organizó en Lanzarote la primera edición del campamento “Reconecta con tu salud”.
La experiencia fue increíble. Durante 3 días compartimos charlas, talleres prácticos y, sobre todo, mucha mucha convivencia.
Ahí tuve la oportunidad de conocer entre otros a Airam Fernández, fundador de Paleotraining, un método de entrenamiento basado en patrones de movimiento naturales y un auténtico crack.
Uno de los momentos más especiales fue la sobremesa de la última comida –lunes 29 de junio–.
En una charla animada, empezamos a hablar acerca de que en España no existía una alternativa a las típicas barritas energéticas ultraprocesadas repletas de ingredientes poco saludables, y vimos que era una posible oportunidad de negocio. En aquella conversación empezamos incluso a proponer nombres: “Paleobites”, “Paleobars”…
Una vez que se pasó la emoción del momento, cada uno de los que estábamos en esa comida regresó a su lugar de origen y a las preocupaciones de su día a día. Sin embargo, yo seguía convencido de que la idea de hacer barritas energéticas saludables era buena y no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Lo comenté en mi círculo cercano y 2 amigos con carácter emprendedor se sumaron al proyecto: Luis –que además es mi primo– y Enrique. Ya éramos 3 socios decididos a poner todos nuestros ahorros, que no eran muchos, para sacar el proyecto adelante. Sin financiación externa.
Ahora solo nos faltaba resolver un pequeño detalle, ¿cómo íbamos a fabricar las barritas?
Luis y Enrique son de Palencia. Por si no lo sabéis, en el norte de Palencia hay una gran industria alimentaria, entre las que destacan empresas como Gullón y Siro. Fuimos a hablar con ellos, el proyecto les pareció interesante pero sus capacidades de producción no encajaban con nuestras necesidades de fabricación.
Pudo haber sido algo así:
Nosotros producimos 40.000 barritas al día. ¿Cuántos días necesitáis que la línea de producción trabaje para vosotros?
Mmmm… –dijimos, mirando el reloj– ¿5 segundos?
Pero no cesamos en nuestro empeño. Seguimos buscando y el destino hizo que en un pequeño pueblo, también de Palencia, se cruzase en nuestro camino el socio tecnológico perfecto. Javier, nuestro “Panoramix”, el que sería el gran druida de la tribu Paleobull.
Javier dirigía una empresa familiar de tamaño medio y tenía más de 30 años de experiencia elaborando pastas y dulces. Así que le dimos la oportunidad de redimirse de los pecados del azúcar y salir del lado oscuro de los dulces.
Una vez que ya tuvimos el equipo completo empezamos el desarrollo de las barritas con la premisa de no utilizar ningún aditivo artificial como colorantes, conservantes o edulcorantes, ni añadir azúcares.
Fueron varios meses de pruebas, pruebas y más pruebas.
Para Javier se trataba de un producto nuevo pero estaba muy entusiasmado por el desafío. Finalmente, para la segunda edición de “Reconecta con tu salud”, que se celebró en junio de 2016 en Barco de Ávila, logramos llevar las primeras barritas Paleobull, aunque con unos envoltorios provisionales.
La respuesta fue un éxito.
Nuestros clientes potenciales estaban allí y la aceptación fue rotunda. Esto nos dio el último empujón y, el 22 de octubre de 2016, presentamos oficialmente las barritas Paleobull en el Summit Paleo en Madrid, un evento organizado por Airam.
A partir de ese día, la familia de productos Paleobull ha ido creciendo de manera constante. Para desarrollar nuevos productos seguimos básicamente dos directrices, escuchar muy atentos a nuestros clientes y crear los productos que a nosotros nos gustaría consumir.
A Javier siempre le han gustado los retos. Uno de ellos fue cuando le planteamos hacer un crema de cacao y avellanas saludable como alternativa a las cremas de cacao cargadas de azúcar y aceites vegetales que había en el mercado.
Durante semanas estuvo haciendo pruebas y más pruebas, con múltiples combinaciones de ingredientes, hasta que finalmente vio la luz Ambrosía, elaborada con dátiles, avellanas, cacao y AOVE. Fue la primera crema con estos ingredientes.
Después vinieron las copias, algunas buenas y otras malas, muy malas.
A lo largo de estos años nos hemos enfrentado a diversos desafíos y hemos tenido que tomar decisiones difíciles. Y en algunas ocasiones hemos optado por no escoger la opción más ventajosa desde el punto de vista económico, pero sí la que está más alineada con nuestros valores.
Un ejemplo fue dejar de vender a Amazon y en Amazon.
Me explico.
Por un lado, Amazon nos compraba directamente y vendía nuestros productos. Es lo que se conoce como “vendor”. Y por otro, vendíamos nuestros productos en Amazon, como “seller”.
Amazon es una empresa con dos caras. La que ofrece a los clientes que compran en su plataforma, y la de verdad que muestra a sus proveedores. De hecho, no es un secreto que Amazon ha llevado a la ruina a más de una empresa.
Otro hecho que nos caracteriza es que nuestro crecimiento ha sido 100% orgánico. Prácticamente no hemos invertido publicidad en plataformas digitales, como Facebook, Instagram o Google. El presupuesto habitual destinado a la promoción en estas plataformas hemos preferido invertirlo en la calidad de nuestros productos y clientes y, hasta el momento, el boca oreja nos ha funcionado.
Tampoco hemos recurrido a la financiación externa. Como mencioné antes, empezamos con nuestros ahorros y desde entonces nos hemos financiado con los beneficios de la empresa. Prácticamente desde el principio fuimos rentables, teniendo en cuenta que estuvimos casi dos años sin nómina. Durante esa época, cada euro que ganábamos lo reinvertíamos en la empresa.
Desde el inicio hemos tenido un ritmo de crecimiento anual de dos dígitos –algunos años prácticamente duplicando la facturación del año anterior–. En 2020 superamos por primera vez las 7 cifras de facturación anual y en 2022 alcanzamos los 2 M€.
La mayor parte de nuestras ventas proceden del mercado español, y una minoritaria de países como Portugal, Francia, Italia o Alemania. A corto plazo nuestro objetivo es consolidar nuestra posición en España, y dejar la apertura formal de nuevos mercados para una siguiente etapa.
Nuestra prioridad, –entre tú y yo–, es crear una cultura de lo bueno. Una cultura de valor. Una cultura donde la salud, lo natural y el crecimiento de negocio, vayan de la mano.
Para concluir, si te gustaría probar las barritas Paleobull –o algún otro de nuestros productos– con el código GR10 tienes un 10% de descuento en cualquier pedido que realices en nuestra Web.
Me encantará verte por allí y que formes parte de nuestra gran Tribu.
Muchas gracias por haber leído hasta aquí.
Un abrazo del equipo Paleobull.