#78 Semana 8/12/2023 - La estupidez humana. Las 5 leyes básicas
La primera ley es que siempre, e inevitablemente, todo el mundo subestima el número de estúpidos en circulación.
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Vamos al artículo de la semana.
En esta newsletter intento divulgar conocimiento para conocer mejor el mundo.
Esto implica conocer las reglas de la naturaleza.
Físicas y sociales.
Ciencias.
Conociendo las reglas del juego podemos entender lo que es posible y lo que no lo es.
Y de esta forma decidir el camino a seguir.
Algunas reglas del juego podemos verlas en la teoría de la pescadería. O en la teoría de la empatía con nuestro yo en diferente estado hormonal.
Otras en la Constitución española o en los impuestos.
Hoy he invitado a Antonio Iván Rodríguez a hablarnos de la estupidez humana.
¿Por qué?
Porque además de leer y formarse mucho, Antonio nos va a contar una teoría que nos viene muy bien para entender el mundo que nos rodea.
Conociendo las reglas del juego y entendiendo el mundo, podemos tomar mejores decisiones.
Os dejo con Antonio
Muy buenas, mi nombre es Antonio Iván, soy entrenador superior de baloncesto y acabo de graduarme como maestro de Educación Física a mis 42 años con el objetivo de poder hacer realidad mi sueño y aportar mi granito de arena en el ámbito educativo. Además, hace poco más de un año abrí un canal en Youtube donde “entrevisto” a diferentes profesionales de la Educación, la Psicología y el Deporte.
Hace unos días, como persona curiosa e inquieta, me topé con un vídeo en Youtube de Raquel de la Morena que abordaba la estupidez humana. Desde muy joven, siempre me ha llamado poderosamente la atención conocer los motivos por el que las personas nos comportamientos de una manera u otra, empezando por mí mismo.
A raíz del vídeo, me puse a indagar sobre quién era Carlo Cipolla - del que os hablaré a continuación -, lo que me motivó a redactar un resumen en Twitter (ahora X) sobre las cinco leyes de la estupidez humana que versan en el ensayo “Allegro ma non troppo”, cuya traducción al castellano sería “Alegre pero no demasiado”.
Dicho lo cual, y sin más dilación, les invito a sumergirse en la siguiente lectura de modo profundo y reflexivo sobre lo que nos dice este autor en relación a la estupidez humana y la clasificación que realiza del comportamiento de los seres humanos.
“LAS CINCO LEYES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA | CARLO M. CIPOLLA”
En 1976, el historiador y economista italiano Carlo Cipolla, publicó un interesante ensayo titulado “Allegro ma non troppo” en el que proponía cinco leyes básicas de la estupidez humana.
La primera ley es que siempre, e inevitablemente, todo el mundo subestima el número de estúpidos en circulación.
La segunda ley dice que la probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona. Es decir, que la estupidez no depende del nivel cultural, la riqueza o el estatus social, y se distribuye prácticamente igual por todos los segmentos de la población.
En palabras del propio Cipolla: “Ya sea que frecuentes círculos elegantes, te refugies entre caníbales o te encierres en un monasterio, siempre tendrás que lidiar con el mismo porcentaje de gente estúpida”.
La tercera ley básica de la estupidez era la que el propio Cipolla consideraba más importante de todas, y rezaba así: “Una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o a un grupo de personas mientras que ella misma no gana nada o incluso sufre pérdidas”.
A partir de esta ley, Cipolla estableció cuatro categorías en las que se podría clasificar a todos los seres humanos en función de su comportamiento, valorando los beneficios o pérdidas que sus acciones causan a los demás y los que se causan a sí mismos.
De este modo, mientras que las personas estúpidas serían –tal como establece la tercera ley– aquellas cuyos actos perjudican a los demás sin que les aporten ganancias a ellos, las personas malvadas –a las que Cipolla llama 'bandidos'– serían aquellos que perjudican a los demás para obtener un beneficio personal.
Por contra, las personas inteligentes serían aquellas cuyos actos les benefician a sí mismos, pero también a los demás. Y, por último, quienes ayudan a los demás aun a costa de perjudicarse a sí mismos son denominados incautos o 'gente indefensa': contribuyen al bienestar de la sociedad, pero al mismo tiempo son explotados por ella.
Son personas altruistas que pueden aceptar su rol por razones morales, y se convierten en la presa ideal para los bandidos, cuyas acciones siguen un patrón de racionalidad.
A diferencia de los estúpidos, que suelen actuar de manera irracional, los bandidos –los malvados– saben perfectamente lo que están haciendo, son conscientes de su comportamiento. Y por eso los individuos inteligentes son capaces de entenderlos, prever lo que intentarán hacer y, por tanto, tomar medidas para defenderse ante ellos.
En cambio, los planes de las personas inteligentes pueden verse frustrados por los estúpidos, ya que estos son totalmente impredecibles y muy destructivos. Y como todas las sociedades están plagadas de estúpidos, los inteligentes no pueden contribuir al bienestar común tanto como se espera de ellos.
Además, Cipolla destaca que no resulta sencillo determinar si una persona de verdad es inteligente, ya que normalmente nos guiamos por la opinión de los demás acerca de esa persona, pero con frecuencia, al analizar con detalle sus actos, podemos descubrir que en realidad actúa como un estúpido.
La cuarta ley básica de la estupidez afirma que las personas no estúpidas siempre subestiman el poder dañino de los individuos estúpidos. En particular, los no estúpidos olvidan constantemente que en cualquier momento, lugar y circunstancia tratar y/o relacionarse con estúpidos siempre resulta ser un error costoso.
Según Cipolla, las personas inteligentes tienden a pensar que los estúpidos solo pueden hacerse daño a sí mismos, y que ellos, dada su inteligencia, son inmunes a los actos del estúpido.
Sin embargo, como mencionamos antes, a las personas inteligentes les resulta difícil imaginar y comprender el comportamiento de los estúpidos, por lo que los ataques de estos los pillan por sorpresa, lo que da pie a la quinta y última ley básica:
“Las personas estúpidas son el tipo de personas más peligrosas”. ¡Mucho más que los bandidos, que las personas malvadas! Llegados a este punto y considerando a las personas adscritas en la categoría de estúpidos, ¿Quiénes creen que podrían ser aquellas personas que son consideradas como las más peligrosas?
En efecto: los estúpidos que ocupan puestos de poder. Para Cipolla, no hay nada más amenazador que un estúpido con poder. Y por desgracia, las masas de estúpidos, a través de sus votos en las elecciones, logran que el porcentaje de estúpidos que ocupan puestos de gran responsabilidad en los gobiernos de un país se mantenga aterradoramente alto.
Finalmente, es importante destacar que nadie está exento de tener un comportamiento estúpido en cualquier momento o circunstancia. No obstante, el problema se vuelve grave cuando esa conducta es persistente en el tiempo, ya sea presa por el miedo, la rabia, la frustración, la ignorancia o la disonancia cognitiva.
Muchísimas gracias por la atención.
Os dejo el vídeo que grabé en Youtube basado en estas leyes
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