#11 Semana 20/8/2022 - El origen de la motivación está en la acción
La motivación es un estado de ánimo que va y viene. La disciplina es una habilidad. Algunos consejos para motivarte sin esperar a que te llegue la inspiración.
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Aunque parezca anti intuitivo:
La acción no es sólo el efecto de la motivación, sino también su causa.
Muchas veces pensamos que sólo podemos comprometernos a hacer algo si alcanzamos cierto nivel de motivación. Y esa motivación sólo la sentimos cuando sentimos cierta inspiración emocional.
Pero todos sabemos que si esperamos a tener motivación, vamos a flojear alguna vez en tomar acción. La pereza, la apatía… nos vence en ocasiones aunque tengamos un objetivo. Nos falta motivación porque no sentimos ningún deseo emocional de lograr algo.
Solemos pensar que la motivación funciona así:
Inspiración emocional → Motivación → Acción deseable
Pero hay un problema al operar bajo este marco: a menudo los cambios y acciones que más necesitamos en nuestras vidas están inspirados por emociones negativas que simultáneamente nos impiden actuar.
Si alguien quiere ponerse en forma pero experimenta una gran vergüenza por su cuerpo o el qué dirán, entonces el acto de ir al gimnasio puede inspirarle las mismas emociones que le mantienen en casa en el sofá. Ya lo comentamos en un post anterior. El cerebro nos pide confort y genera resistencias.
Los automatismos mentales, las expectativas negativas y los sentimientos de culpa, vergüenza y miedo a menudo nos alejan de las acciones necesarias para superar esos mismos traumas, expectativas negativas y emociones negativas.
¿Cómo estar motivado?
La secuencia de la motivación que expuse antes realmente es un bucle que se retroalimenta.
Las acciones crean reacciones emocionales e inspiraciones y pasan a motivar sus acciones futuras.
Aprovechando este conocimiento, podemos reorientar nuestra mentalidad de la siguiente manera:
Acción → Inspiración → Motivación
La conclusión es que si te falta motivación para hacer un cambio importante en tu vida, entonces haz algo, cualquier cosa, y luego aprovecha la reacción a esa acción como forma de empezar a motivarte.
Incluso las acciones más pequeñas generan cambios en el estado emocional.
En post anteriores hemos hablado de aquellas acciones, aquellos “inputs” que generan efectos deseados en nuestro “Wetware”. Efectos que se pueden medir.
Normalmente estados emocionales de apatía, tristeza, pereza, procastrinación, etc se producen por ciertos estados hormonales.
Si aprendemos técnicas objetivas donde podamos cambiar nuestro estado hormonal a un estado más proclive a estar más motivado, podremos lograr más fácilmente los objetivos.
Por supuesto hay que tener esa mentalidad “biohacker” y “disciplina” para pensar en que podemos actuar “pese” a nuestra desgana.
Podemos ser profesionales si queremos, antes de esperar a que nos apetezca.
También podemos usar algunas técnicas para mejorar esa disciplina y poder tomar acción aunque no estemos motivados:
Conocer cómo funciona nuestro estado hormonal y cómo afecta a nuestra motivación y decisiones. Empatizar con nosotros mismos en el pasado. Entiende cómo has tomado decisiones cuando has estado estresado, cansado, irritado, etc, para conocerte mejor.
Mantener un equilibrio adecuado en nuestras áreas de salud más importantes. De esta manera conseguiremos identificar el área que tenemos que cuidar mejor.
Entender la pereza y resistencia del cerebro a la dificultad. A veces, en el obstáculo está el camino.
Entiende cómo funcionan los automatismos mentales para crear hábitos. El diseño del entorno puede facilitar la consecución de objetivos.
Hasta la semana que viene. Si tienes algún comentario puedes escribirme a gruizu@gmail.com